El proyecto pretendía crear un paisaje en consonancia con las actividades humanas y con las características del lugar, combinando el uso de distintos materiales tales como luz natural, tierra, arena, piedra, vegetación y árboles.

La actuación es única en su género porque, además de servir como atalaya para observar los alrededores del municipio y la huerta, protegerá a la palmera de 150 años y seis brazos que preside la Plaza del León.
Este monumento vegetal está protegido en el PGOU de Daya Vieja e incluido en el Catálogo Provincial de Árboles Monumentales, se trata de un proyecto estructuralmente muy complejo, básicamente, se trata de un concienzudo trenzado con barras finas de acero de 3, 4 y 6 cm. de grosor que busca que la estructura no sea opaca para dejar bien visibles las palmeras, permitiendo a la vez que sea poco pesada. La estructura metálica rodea al conjunto de palmeras a modo de corsé, mediante una espiral que se eleva en rampa peatonal hasta alcanzar más de 10 m. de altura. Desde este punto sale una pasarela aérea en voladizo, una especie de trampolín de sensaciones para los que llegan a su extremo.